La fragilidad de la vida a veces es invisible a nuestros ojos hasta que de repente la muerte aparece delante nuestro para avisarnos de que no está tan lejos. Entonces es cuando nos damos cuenta de que no hemos estado haciendo lo que realmente queríamos hacer: vivir al máximo.
Esto solo es una llamada a la acción, una llamada que me hago a mi mismo, al que me lea y al que le cuenten lo que han leído. Qué acción en concreto? No importa en realidad. Siempre hay algo que sabemos que debemos hacer o en algunos casos dejar de hacer.
Esta entrada está inspirada en otra entrada del blog Vivir al Máximo de Ángel Alegre. Y es que ya es mucho el tiempo que llevo retrasando esta primera entrada esperando al mejor momento y de más inspiración, y adivinad qué... ese momento nunca "llega". Estamos inmersos en ese momento y no nos damos cuenta hasta que recibimos alguna sacudida.
En mi caso la sacudida ha sido la entrada de Ángel, pero podría haber sido peor y tratarse de una enfermedad mortal o la muerte de un amigo.
Así que os animo a vivir vuestra vida siendo fieles a vosotros mismos sin vivir como se espera que viváis, expresad vuestros sentimientos (a vuestra madre, padre, hijo,amigo, perro o plantas!), mantened el contacto con vuestros seres queridos y sed felices!
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